Cronología de las representaciones rupestres: Lo más destacado de este sitio es el extraordinario gran arquero, de 35 centímetros de alto, un tamaño mayor de lo habitual. Se encuentra en la parte alta del abrigo, bajo una pequeña visera que forma la roca, fácilmente visible por encima de la verja. Es un típico arquero levantino, con las piernas muy abiertas en actitud de carrera y un largo arco a la altura de la cintura. Sus piernas son desproporcionadamente gruesas, y parece que llevan un adorno o atadura, quizás polainas. Lleva lo que parecen ser dos arcos, algo extraordinario, y un haz de flechas. Su cuerpo es estilizado, con el pecho triangular y la cabeza redonda.
En la parte inferior derecha, con gran dificultad, se aprecia otra figura, posiblemente otro arquero muy mal conservado. Tiene la misma convención de piernas gruesas y abiertas, pecho triangular y cuerpo estilizado, y sostiene un objeto alargado y arqueado, probablemente un arco. Aunque solo el tronco mide 27 cm, la figura completa podría haber alcanzado el medio metro de altura. Ambas figuras son representaciones típicas del arte levantino, muy similares a las encontradas en otras zonas del Levante español, como en la cercana localidad de Obón, en el Parque Cultural del río Martín.
Debajo del primer arquero, hay otras tres figuras. En el centro, una figura femenina con una falda de la que cuelga una especie de fleco o cinturón. Con piernas gruesas y cabeza circular, parece llevar las manos hacia delante como si estuviera sujetando un objeto o trabajando. A cada lado, hay dos figuras muy deterioradas. A la derecha, un posible arquero, y a la izquierda, una figura muy pequeña, quizás un niño o un arquero, que parece agacharse a recoger un objeto alargado. A la izquierda del panel, hay más figuras extremadamente borrosas que son difíciles de identificar.
Descripción general del destino: Las pinturas se encuentran al norte del pueblo, en el mismo escarpe rocoso donde se ubica la torre de La Hoz y justo encima de la carretera que lleva a Cortes de Aragón y Muniesa. Esta sierra, que se eleva unos 110 metros sobre la carretera, tiene forma alargada y finaliza abruptamente en la hoz formada por el río Armillas. Las pinturas están en un pequeño panel, al pie de un farallón rocoso de unos 40 metros de altura, bajo una pequeña visera natural que las protege. Aquí se forma un pequeño abrigo que apenas permite resguardarse.
Este pequeño panel, recientemente protegido con una verja, permite disfrutar de unas diez figuras en distintos estados de conservación. Entre ellas destaca, por su tamaño y extraordinario estado de conservación, la figura de un arquero.
Las pinturas son de estilo levantino y representan principalmente figuras humanas, tanto hombres armados con arcos como mujeres con faldas. Fueron realizadas con pigmentos de color rojo, hechos con óxidos de hierro mezclados con grasas animales, aplicados con los dedos o con pinceles rudimentarios.
El Arte Rupestre del Arco Mediterráneo de la Península Ibérica fue declarado Patrimonio Mundial de la UNESCO en 1998.
Historia del sitio: La Hoz de la Vieja es un pueblo de origen medieval, estratégicamente situado en el punto donde se unen tres barrancos: el Chorredero, el Vadiello y el Barranquiello. El río de Armillas forma aquí una Hoz, un pequeño desfiladero de forma curva, estrecho y pronunciado. El nombre “Hoz” se refiere a este pronunciado desfiladero, un paso natural que ha sido crucial desde la prehistoria, tanto para el control territorial como oteadero para la caza.
El sobrenombre “de la Vieja” no significa “antigua”, sino que deriva del término aragonés “rubiello”, que significa “rojizo”, en referencia al color de las rocas de la zona. En la Edad Media se conocía como “Foz Rubiella”. Con el tiempo, “Rubiella” evolucionó a “Viella” y finalmente a “Vieja”.
La importancia de este paso se refleja también en la torre medieval de la zona. Construida en 1363 durante la Guerra de los Dos Pedros, fue una iniciativa de los propios vecinos para evitar pagar los tributos que les exigía la Comunidad de Aldeas de Teruel por usar el castillo de Montalbán en caso de peligro. Debajo de esta torre, se han encontrado los vestigios de una fortificación íbera y otra romana, con el mismo objetivo de controlar este paso. Un paso estrecho que fue estratégico desde la prehistoria y que explica la situación del abrigo con pinturas rupestres.