Cronología de las representaciones rupestres: Alberga numerosos vestigios de las comunidades aborígenes que vivieron aquí miles de años atrás. Destacan viviendas excavadas en la roca, graneros, cisternas y espacios rituales que conforman un complejo sistema cultural. Las investigaciones parecen sugerir que todos estos asentamientos empezaron a consolidarse con la llegada de poblaciones bereberes procedentes del norte de África a comienzos de nuestra era y se mantuvieron hasta la conquista española del siglo XV.
Descripción general del destino: El Paisaje Cultural alberga un con junto de manifestaciones y obras bien conservadas pertenecientes a una cultura insular desaparecida que evolucionó en aislamiento a partir de la presencia, al principio de la Era, de pueblos bereberes o amaziges de procedencia norteafricana, hasta su conquista por la Corona de Castilla, a finales del siglo XV.
Historia del sitio: Las poblaciones aborígenes canarias poseían una singular cultura troglodita, como así lo atestigua el patrimonio arqueológico existente y el relato de las primeras crónicas tras la Conquista. Todos los indicios apuntan a que este hábito de vivir en cuevas tiene como origen común el norte del continente africano, de la mano de las comunidades bereberes o amaziges. Sin embargo, solo fue en Gran Canaria donde se llegaron a construir grandes asentamientos en cuevas artificiales, creando en ocasiones un urbanismo que podríamos denominar como vertical. Nos encontramos ante un territorio eminentemente troglodita que, en conjunto, alberga una obra de ingeniería colosal que perforó monta ñas enteras, que fabricó pasadizos, galerías, puertas, escaleras, graneros y ventanas colgadas en impresionantes precipicios. Lo que acrecienta su valor excepcional es que este tipo de poblamiento pervivió a lo largo del tiempo, llegando hasta nuestros días, lo que constituye una seña de identidad.
Descripción de los recursos museográficos: El asentamiento está formado por un total de 21 cuevas excavadas en la toba volcánica situadas en lo alto de un escarpado acantilado que forma un saliente sobre la margen izquierda de Barranco Hondo, entre los barranquillos del Parral y el de Los Linderos. Conocido también como Risco Maldito, este antiguo poblado se encuentra abandonado desde mediados del siglo XX, una muestra más de la pervivencia en tiempos recientes de formas de vidas de herencia prehispánica.
En el conjunto sobresalen por su importancia astronómica, ceremonial y simbólica las cuevas denominadas C6 y C7, situadas al norte del poblado, probablemente las más antiguas, y que acogen lo que fue uno de los más importantes santuarios de montaña de los antiguos canarios. Todas las cuevas están dotadas de gran profusión de grabados púbicos, cazoletas y bajorrelieves.
La cueva C6, conocida como almogarén o santuario de Risco Caído, es un recinto excavado de planta circular y cúpula paraboloide, muy poco frecuente en este tipo de construcciones en la isla.