Tipo de sitio:
Abrigo
Lugar de localización: Peñas de Puerto San Roque
Localidad: Valencia de Alcántara
Municipio: Valencia de Alcántara (Cáceres)
Región: Extremadura
País: España
Página Web: https://extremadurarural.es/recurso/11408/
Entorno Natural:
El territorio donde se ubica Puerto Roque presenta una orografía donde montañas y valles se fusionan con campos de cultivo, pastos e innumerables arroyos. En estos parajes típicos del bosque mediterráneo, especies arbóreas como castaños, encinas, alcornoques y robles se alternan con un denso sotobosque donde abundan madroños, acebuches, jaras, retamas, tomillos y helechos. Destacan algunas especies autóctonas, como la aulaga enana o el drosophyllum lusitanicum, que solo se encuentran en las laderas de la cercana Sierra Fría. La fauna es rica y variada, y convive con el ganado vacuno, una gran cantidad de fauna silvestre como ciervos, jabalíes, zorros, conejos, topos, nutrias y una gran variedad de anfibios y reptiles en las riberas. El grupo ornitológico es muy importante e incluye especies de gran valor ecológico como las águilas imperiales ibéricas, buitres negros, cigüeñas negras, águilas reales, alimoches o águilas culebreras y un importante número de rapaces nocturnas.
Evidencias arqueológicas del sitio:
La comarca de la Sierra de San Pedro se asienta sobre tres valores fundamentales: Valencia de Alcántara y su barrio gótico judío (bien cultural con categoría de conjunto histórico-artístico), el conjunto megalítico de dólmenes, el más importante de Europa Occidental (bien cultural con categoría de zona arqueológica) y su espectacular patrimonio natural (Parque Natural del Tajo Internacional y Sierra de San Pedro). Estos tres pilares patrimoniales se integran a su vez en uno solo: el rayo, el carácter fronterizo de gran parte de este vasto y hermoso territorio, articulado a través del río Tajo/Tejo, que actúa como nexo de tierras y pueblos separados por la actual frontera política, y las variaciones estilísticas a lo largo de 3000 años, durante las Edades del Cobre y del Bronce, para dar paso, ya con la llegada del primer milenio antes de Cristo, al arte rupestre de la Edad del Hierro.

